Trazabilidad y Cadena de Suministro (3/3)

Por Ramón García, Director de Innovación y Proyectos del Centro Español de Logística.
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Un sistema sostenible.
La razón más importante para establecer un sistema de trazabilidad, es la seguridad del consumidor; concepto que se encuentra por encima de cualquier consideración de coste. Sin embargo, no llevar a cabo la trazabilidad de una manera económicamente viable (es decir aquella que permita a las empresas realizar todas las operaciones que sean necesarias sin incrementar excesivamente los costes de los productos) entraña un doble riesgo para la seguridad del consumidor; pues los productos trazados y seguros podrían ser desplazados del mercado debido a su precio y sustituidos por otros productos más baratos e inseguros; creándose un incentivo para la especulación con los requerimientos de trazabilidad.


Es por tanto absolutamente necesario plantear la trazabilidad en términos razonables que permitan su ejecución, sin perder nunca de vista el principio que nunca un control debe ser más costoso que el hecho controlado.

Presente y Futuro de la trazabilidad.
Hasta la fecha y desde la aparición de esta nueva normativa cada empresa se ha buscado la mejor manera de cumplir con la normativa, pudiéndonos encontrar con múltiples soluciones ya implantadas a día de hoy y que van desde sistemas de gestión de la trazabilidad basados en el uso de los códigos de barras convencionales (EAN 128), códigos de barras de 2 dimensiones o el uso, ya cada vez más extendido, de la tecnología RFID e incluso han aparecido portales que actúan de repositorio de datos para aquellos colectivos de empresas en los que el uso de tecnologías de la información que cumplan con este requisito es inviable a nivel individual (ej. : sector primario hortofrutícola).

No hay que olvidar que el reto principal es que exista una Transparencia Total entre fabricante y consumidor, (incluyendo todos los agentes intermedios que hayan participado), pudiendo llegar a poner a disposición del consumidor toda la información de un modo sencillo (vía web, por ejemplo) lo que aumentará su confianza en el producto.

Por tanto los objetivos a cumplir en los próximos años serán Aumentar la Fiabilidad y Eficiencia de los sistemas de trazabilidad implantados buscando la mayor eficiencia posible de los procesos y la aplicación de nuevas tecnologías por parte todos los agentes de la cadena, que permitan, no sólo la trazabilidad con caracteres legibles, sino por el uso mensajes electrónicos, códigos de barras o etiquetas de radiofrecuencia (RFID), que permitan la lectura electrónica de dicha información y hasta la autoidentificación, eliminando el error humano a lo largo de toda la cadena de suministro.

Conclusiones
El establecimiento de un sistema seguro de trazabilidad, no sólo conlleva la protección de los intereses de los consumidores y un mayor control por parte de las administraciones, sino que además proporciona beneficios a los integrantes de la cadena de suministro por hacer más eficientes los intercambios de información.
Plantearse en pleno siglo XXI, llamado de la sociedad del conocimiento y de la información, la implantación y seguimiento del concepto de trazabilidad en una empresa sin la utilización de los estándares y las tecnologías existentes parece un despilfarro que ni la industria en general ni la agroalimentaria en particular deberían permitirse.

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